Velas y Colores

Para un proceso con velas, el color cobra unas características muy destacadas. El color, como el sonido, es vibración de diferentes longitudes de onda y como consecuencia el ojo humano puede captar y reconocer cambios muy sutiles para identificar las tonalidades dentro de cada color básico. Los colores nos colocan en armonía con las energías del universo, por lo que es muy importante utilizar los colores adecuados en los rituales con velas.

Desde mucho tiempo (A.C.), los astrólogos de los grandes imperios lograron asociar con gran sabiduría, los colores con las energías provenientes de las estrellas y ésto desarrolló rápidamente hasta llegar a lo que hoy es la correspondencia de los colores con los signos zodiacales. En las imágenes laterales de ésta página ilustramos la correspondencia del color de las velas con cada uno de los signos del zodiaco.

A continuación hacemos un pequeño condensado del estudio realizado por Leo Vinci, en cual se habla de la historia, significado y atributos de cada color en particular, con respecto a las Velas.

LA IMPORTANCIA DEL COLOR - Leo Vinci

       "El color es uno de los factores más importantes en el ritual con velas, pues pertenece a la práctica y doctrina de las correspondencias. Entre las primeras cosas en que el principiante en lo oculto ha de entender está la gran marea de las correspondencias; es decir, el modo como las cosas se vinculan o se conectan. Este tema estaría relacionado con un ABC del ocultismo. Desde el principio, el hombre ha tratado de entender el universo manisfestado en el que se ha visto arrojado. Utilizamos el simbolismo como una ayuda para entender y tratar de entrar en relación con las verdades espirituales —el árbol de la vida es un invento en esta dirección— que la mente sin guía, y sin ayuda, encierra verdades fundamentales y primarias que, correctamente contempladas, nos permiten concebir y entender las ideas y potencias que hay tras el símbolo y, es de esperar, obtener un vínculo con esa fuente, potencia o espíritu que nos ayudará en el entendimiento de materias que está más allá de la comprensión de nuestros sentidos físicos.
       Conocemos las correspondencias de los planetas, signos del zodiaco, signaturas angélicas, espíritus e inteligencias, colores, etc. De esta larga e impresionante lista nos ocuparemos primeramente del color —e indirectamente de algunas otras materias— y de su utilización en el trabajo de las velas rituales.
       Por diversas razones, el uso del color es particularmente importante en el trabajo con velas.  El color es vibración (como el sonido) de diversas longitudes de onda, y a causa de esto el ojo es capaz de ver y reconocer cambios muy sutiles dentro de cada color básico. Los colores nos colocan "en sintonía" con las fuentes o poderes simpatéticos, razón por la cual es muy deseable utilizar el color correcto y no el equivocado.
       El simbolismo del color, y nuestra respuesta a él, así como a muchas otras cosas, depende del lugar en que hemos nacido y de nuestras respuestas culturales. Quienes vivimos en el hemisferio occidental relacionamos el negro con la muerte —un color del planeta Saturno que tiene la muerte bajo su gobierno—, y lo utilizamos para denotar nuestras pérdidas, tristeza y aflicción (todos ellos aspectos saturninos). Muchos países y nacionalidades orientales, especialmente China, utilizan exactamente el color opuesto, el blanco con el mismo fin. En la mayor parte de los países  cristianos, el color azul está relacionado con el cielo y la espiritualidad. Los yezsidi (del Kurdistán, Armenia y Cáucaso) no tienen este color en la misma estima; en realidad aborrcen el azul, y la peor maldición que puede caer sobre la cabeza de los ofensores es: "¡Ojalá mueras y te entierren con ropas azules!"
       Estos dos ejemplos sugieren que solo un loco intentaría arbitrar sobre este tema; sin embargo, no es tan difícil como podría parecer a primera vista. En Occidente poseemos una tradición establecida por correspondencias, una tradición que ha tratado de constituir una ciencia física del color, incluyendo los que ven el ojo físico y los que se conocen por experiencia subjetiva,  Sin embargo, con frecuencia esta tradición ha sido tristemente despreciada, porque la hierba, como siempre, parece más verde en otros campos (a menudo los orientales). No debe haber duda alguna de que la tradición está aquí, aunque tendrá que trabajar duramente para encontrarla, pues sus raíces se hallan profundamente enterradas en el rico suelo de estas islas. Esa tradición no está muerta, "solo está durmiendo", y despreciada.
       A quienes me escuchan solo puedo decirles que no la desprecien. Son muchas las personas indiferentes a los tesoros que yacen en en propio patio, pensando en cambio que los encontrarán en el de otra persona. Y todo lo que consiguen hacer es cultivar las viñas de otros, despreciando las suyas; es el caso típico del "idiota que alaba con tono entusiasta tdos los siglos menos el suyo, y todos los paises menos el propio". Esta curiosa meiosis parece ser un rasgo británico característico. La gente puede preferir despreciar su "ángel" o "genio racial" a cuyo cargo, al menos por una vida (posiblemente más), está; pero si este ser es sistemáticamente despreciado por la gente y por la nación que tiene que guardar, puede acabar renunciando a su tarea tutelar y desertando de sus cargos.  Esto puede acarrear desastrosos resultados: su efecto sobre el pueblo de esa nación será, finalmente, una pérdida irreparable.

Tomado del libro  "Magia de las velas"  de Leo Vinci, publicado en 1.981.



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